El mes pasado se aprobó en el Senado la reforma del Código Penal. Varias organizaciones dedicadas a la defensa de los animales llevaban reclamando los últimos años una modificación del artículo 337. Este artículo señalaba:

"Los que maltrataren con ensañamiento e injustificadamente a animales domésticos causándoles la muerte o provocándoles lesiones que produzcan un grave menoscabo físico serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un año e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales."

La exigencia de que existiera ensañamiento para que fuera aplicable el artículo 337 del Código Penal llevó a que se dictaran sentencias que causaron indignación, como una en la cual el acusado fue absuelto, tras disparar varias veces a un perro, dado que el perro murió con el primer disparo. Por ese motivo se venía varios años reclamando eliminar la expresión "con ensañamiento e injustificadamente".

Finalmente, y tras la reforma, el artículo 337 queda redactado así:

"El que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente sus salud, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión, e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales."

Con lo cual se elimina la obligatoriedad de que exista ensañamiento, pero no de que dicho maltrato sea injustificado.

¿Pero es que hay situaciones en las que el maltrato a los animales esté justificado? Resulta difícil de creer. ¿Qué pensaríamos si en el Código Penal se exigiese que el maltrato a un cónyuge fuera injustificado para que la conducta fuera punible?

Por supuesto, no está justificado maltratar a perros y gatos. Tampoco está justificado maltratar a gallinas, cerdos, vacas, peces y el resto de animales, pero dicho maltrato se da para obtener carne, "pescado", huevos, lácteos y el resto de productos de origen animal. Obtener estos productos supone no tener en cuenta los intereses de los animales. Además, una alimentación vegana (sin alimentos de origen animal) es nutricionalmente apropiada en cualquier momento de la vida).

Miles de activistas han defendido durante los últimos años una reforma del artículo 337 del Código Penal, algo que los honra. Pero la mayoría de ellos siguen consumiendo productos de origen animal y, por tanto, no tienen un estilo de vida coherente con el respeto a todos los animales. Me gustaría animarlos a dar el paso. Me gustaría que se dieran cuenta de que no solamente los perros y los gatos tienen la capacidad de sufrir y disfrutar, sino también el resto de animales.